Después de un fin de semana intenso en Santiago, perfecto para iniciar nuevos proyectos por el cambio de aires, tocaba volver a casa y a la rutina de todos los días, con el peligro que ello conlleva. Y, como era de esperar, no ha habido forma humana ni divina de levantarme de la cama a la hora que pretendía.
Mi intención inicial era madrugar, salir a trotar un poco, volver a casa, desayunar y tener todavía una larga y productiva mañana por delante. Pero no ha habido manera. Y dado que a las 19:00h tenía entrenamiento con el equipo (¿os había comentado que hace unos meses que juego a fútbol-8?) no me pareció muy buena idea salir a correr a media tarde para llegar muerta al entrenamiento. En cambio, machacarme en la bici era otra cosa completamente distinta... xD
La verdad es que hacía muy buen día para salir a pedalear y, aunque no tenía demasiado tiempo para hacer una ruta en condiciones, no podía dejar pasar un cielo tan bonito y una temperatura tan perfecta... Y allá que me fui:
Mi intención inicial era madrugar, salir a trotar un poco, volver a casa, desayunar y tener todavía una larga y productiva mañana por delante. Pero no ha habido manera. Y dado que a las 19:00h tenía entrenamiento con el equipo (¿os había comentado que hace unos meses que juego a fútbol-8?) no me pareció muy buena idea salir a correr a media tarde para llegar muerta al entrenamiento. En cambio, machacarme en la bici era otra cosa completamente distinta... xD
La verdad es que hacía muy buen día para salir a pedalear y, aunque no tenía demasiado tiempo para hacer una ruta en condiciones, no podía dejar pasar un cielo tan bonito y una temperatura tan perfecta... Y allá que me fui:
Una horita y 14 km por uno de los fragmentos más bonitos (en mi humilde opinión) de la Costa Ártabra. No pude sacar muchas fotos por las prisas (de hecho sólo me detuve en tres ocasiones, justo en lo más alto de las tres pendientes más pronunciadas), pero prometo que otro día seré mucho más pródiga en ese sentido. El paisaje lo merece, desde luego.
En cuanto al ritmo, nada fuera de lo normal; dejándome los pulmones en los ascensos (que acabo haciendo a pie) y jugándome la vida en los descensos.
En cuanto al ritmo, nada fuera de lo normal; dejándome los pulmones en los ascensos (que acabo haciendo a pie) y jugándome la vida en los descensos.
Como momento cumbre de la tarde me quedo con esos últimos 3 km en los que empezó a llover y, en una curva en la que apuré el peralte al límite (y casi acabo en los tojos), un ratonero levantó el vuelo justo a mi lado y durante unos segundos se mantuvo planeando a ras de suelo apenas un par de metros por delante de mi rueda delantera. ¡Una preciosidad!
Al final llegué a casa empapada y tras una ducha rápida, un cambio de ropa y una pieza de fruta ya estaban esperándome en la puerta. Y a entrenar otra vez. Un día completito, vamos. ;)
Al final llegué a casa empapada y tras una ducha rápida, un cambio de ropa y una pieza de fruta ya estaban esperándome en la puerta. Y a entrenar otra vez. Un día completito, vamos. ;)
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