Pues lo dicho: se acabó la empanada los días de entreno. Y no me refiero a la mental, que también la tengo, sino a la que hace que mis glándulas salivares se sobreexciten con solo olerla. Hoy la he saboreado a la comida... ¡y me ha estado repitiendo durante toda la tarde! ¿Sabéis lo incómodo que es intentar concentrarse en que el aire llegue a tus pulmones y sentir que al mismo tiempo estás masticando un trozo de empanada? Pues yo sí, y no es agradable.
En fin, que después de un día de lluvia como el de ayer inesperadamente hoy ha salido el sol de nuevo y me he acercado a la playa para trotar un poco. Éste ha sido el resultado:
En fin, que después de un día de lluvia como el de ayer inesperadamente hoy ha salido el sol de nuevo y me he acercado a la playa para trotar un poco. Éste ha sido el resultado:
A bote pronto las sensaciones hoy han sido pésimas. Durante todo el recorrido me he sentido como una pelota, grande y lenta, dando botes sin ton ni son en lugar de correr. ¿Y la respiración? Un asco. ¿Sabéis eso que escribí aquí de que la respiración no sería el mayor de mis problemas? ¡FALSO! Al menos por ahora lo está siendo. Hoy empecé a ahogarme a los 100 metros y seguí ahogada hasta la última zancada.
Aunque en las gráficas el ritmo se ve mucho más lineal y lo de bajar de los 6 minutos debería alegrarme, la verdad es que me he sentido como una verdadera patata.
¿Algo bueno? Mmmm... Pues que el hombro no me ha molestado nada. Ni ningún músculo ni articulación en particular. Eso ha estado bien. Pero ha sido lo único.
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