Declaración de intenciones



Pues lo siento, Maestro Yoda, pero yo soy de las que lo intentan. Mucho. Todos los días.

Porque lo de "hazlo o no lo hagas" está muy bien si la Fuerza te acompaña, pero cuando los midiclorianos no están por la labor de echarte un cable sólo te queda tu fuerza de voluntad y tu tozudez. Y en esos casos intentarlo es tanto o más importante que hacerlo. Porque, seamos sinceros: las victorias no saben a nada si no llevas a cuestas un buen número de fracasos previos. Sólo cuando te caes entiendes lo que significa volver a levantarse; sólo cuando has estado a punto de rendirte entiendes lo importante que es no haberlo hecho. Y así, a trancas y barrancas, fracasando y volviéndolo a intentar, es como crecemos y nos hacemos fuertes. Fuertes y mejores.

Ésa es justo mi intención: hacerme fuerte y mejor, cosa que no debería resultar muy difícil porque, como se suele decir, cuando estás abajo sólo puedes subir. Y yo estoy en el fondo, abajo del todo; vamos, que para bajar más tendría que sacar una pala y ponerme a cavar.

Sería fácil echarle la culpa a mil situaciones y circunstancias, a la falta de tiempo, a las prioridades,... pero al final la culpa de que haya llegado a este punto es sólo mía. El punto en el que empiezas a notar que te duele la rodilla de forma recurrente o que los hombros se te agarrotan por las mañanas o que la espalda te está matando sin haber hecho ningún esfuerzo. Es entonces cuando te das cuenta de que te estás convirtiendo en una patata. Una patata veinteañera, que tiene delito... Y no puede ser que a estas edades se me salgan los pulmones por la boca cada vez que tengo que apurar el paso porque llego tarde a algún sitio (algo que pasa muy a menudo).

Así que aquí estoy, con muchas ganas y buenas intenciones, con mis zapatillas baratas del Decathlon y mi bici rígida de 13 años (que sigue rodando como una campeona). Evidentemente no tengo intención de correr una maratón el mes que viene ni de hacer tiempos estratosféricos de esos que hacen los runners de verdad. Mis objetivos son mucho más humildes: mantener las ganas, ser constante, no rendirme y mejorar a mi ritmo.
No quiero batir grandes marcas; sólo batirme a mí misma.
Y a ver qué sale. :)

28 de febrero de 2013

If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you,
If you can trust yourself when all men doubt you
But make allowance for their doubting too,

If you can wait and not be tired by waiting,
Or being lied about, don’t deal in lies,
Or being hated, don’t give way to hating,
And yet don’t look too good, nor talk too wise:

If you can dream–and not make dreams your master,
If you can think–and not make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same;

If you can bear to hear the truth you’ve spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build ‘em up with worn-out tools:

If you can make one heap of all your winnings
And risk it all on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breath a word about your loss;

If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: “Hold on!”

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with kings–nor lose the common touch,
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much,

If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds’ worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that’s in it,
And – which is more – you’ll be a Man, my son!

Joseph Rudyard Kipling

2 comentarios:

  1. Genial! Mucho ánimo, seguro que consigues lo que te propongas. Yo también empecé desde cero, o bajo cero más bien, en 2º de carrera (también hice biología) y en los 15 años transcurridos desde aquella (ostras! 15 años ya...) alguna que otra cosilla he hecho, sobre todo amistades.

    Saludos.

    ResponderEliminar